Una de las
instituciones más exitosas del mundo, la escuela, es un lugar común a todos. Se
habla mucho de la educación y la escuela como un lugar para aprender, por lo
que obligatorio y necesario, pero poco se refleja en la construcción histórica
y política de esta institución, lo que hace que ciertos comportamientos y
preconceptos continúen a lo largo de siglos.
Tratando aquí el concepto de sujeto-alumno, la
intención es hacer emerger más preguntas que responden, ya que ni siquiera
debería haber tales prejuicios sobre sujetos singulares, corriendo el riesgo de
basarse en el determinismo.
El proceso
de escolarización, que tuvo sus inicios en las grandes colonizaciones, se basó
en en los preceptos eurocentristas, pensando en la civilización europea como un
modelo ideal de evolución humana, mientras que los pueblos colonizados fueron
tratados como bárbaros, salvajes y "seres de las tinieblas", ya que
no fueron iniciados en el catolicismo. Con eso, los procesos de la
escolarización en las colonias se basaban en la disciplina de cuerpos y modos,
para civilizar; en la enseñanza de la lengua colonizadora - borrar lenguas y
culturas; y en la enseñanza de mentes y espíritus: dóciles y evangelizadores.
Como este
proceso tomó siglos, muchos conceptos y paradigmas fueron siendo creado a lo
largo de los siglos, siendo posteriormente adaptado a la industria, al
capitalismo y en proceso de adaptaciones que persisten hasta el día de hoy en
el imaginario social.
En
consecuencia, se estaba construyendo toda una cultura escolar, compuesta por
todos los sujetos que transitan por el entorno escolar. Entre ellos, la
concepción que fue construir al estudiante-sujeto como bueno o malo ha permeado
todas las épocas es todavía tema de discusión en aulas de maestros,
conferencias de padres y maestros, películas y medios en general, así como en
nuestra mente. Pero, ¿Qué define esta binariedad de estudiante bueno-malo?
Pensando
en lo que define a un buen alumno, ¿Qué características le vienen a la cabeza?
Disciplinado, obediente, educado, dócil, inteligente... algunas de estas
cualidades pueden definir un buen alumno según la facultad (profesores,
coordinadores, etc.), pero pensemos un poco más en las razones de estas idiosincrasias.
Volviendo al proceso escolaridad, se pudo constatar que la disciplina es uno de
los principios básicos de la escuela: aquí es donde aprendes a sentarte durante
horas, a controlar tu necesidades básicas para ciertos momentos, tener un
horario cronometrado para determinadas actividades, recordar contenido para evaluaciones,
comer en ocasiones y tiempos específicos. Incluso el contenido presentado en algún
momento se convierte en un ¡sujeto!
Ahora,
reflexionando sobre lo que caracteriza a los estudiantes pobres, varios atributos
pasan a primer plano: desordenado, hablador, ignorante, confrontativo... todo
gira en torno a la indisciplina, subversión de reglas, estándares que definen
un buen tema según la cultura colegio. Es interesante resaltar cómo la escuela
buscó sancionar estas materias, pero nunca reflexionar sobre tales tácticas y
estrategias anti-disciplinarias. Pensemos en estrategias de “pegamento”: cómo
los sujetos que la practican formulan un resumen y vínculos sociales en este
proceso tan común en las pruebas propuestas más como una forma de castigo que
en realidad evaluaciones. O incluso cuando se normalizaron socialmente tales
determinaciones predeterminadas que pueden perseguir tales materias por el
resto de su vida escolar.
Es
necesario reflexionar sobre cómo nos moldean las estructuras escolares, pero
también cómo damos forma a ese espacio, repensando nuestras prácticas y
buscando comprender mejor los sujetos que ocupan estos lugares. También es
vital comprender los procesos de indisciplina como táctica para contrarrestar
ciertos estándares impuestos que no son consistentes con un comportamiento
'apropiado' para la institución, basado en ideales positivistas y meritocrático.
En esta relación conocimiento-poder, subvertir ciertos valores crea nuevas
redes de sociabilidad, el conocimiento se intercambia y aprende, y se configura
toda una cultura escolar a través de tales temas y sus particularidades.
Jessie Vidal.
Pedagoga por la Universidad Federal de Rio de Janeiro-UFRJ (Brasil)
Educadora Popular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario