La situación actual por la que estamos pasando la sociedad dificulta aún más la labor que desarrollamos las y los Educadores Sociales en los diferentes ámbitos en los que trabajamos. Personalmente, cómo Educadora Social en el Programa de Intervención Familiar de Servicios Sociales, nuestro trabajo se ha visto severamente afectado desde el inicio de la pandemia. Cómo Educadora Social de Intervención Familiar trabajo por el interés y el bienestar de las y los menores que conviven en ámbitos familiares disruptivos, menores que presentan problemas de conducta, absentismo y un largo etc., que se puede abarcar en el núcleo
familiar.
familiar.
Con el confinamiento, muchas de estas familias dieron pasos agigantados hacía atrás viéndose perjudicado meses y meses de duro trabajo. Con el inicio de la llamada “nueva normalidad” nos vimos obligadas a empezar de nuevo con muchas de estas familias e incluso tomar decisiones difíciles de abordar por las situaciones que se habían desencadenado.
Llegado el inicio del curso, muchas de estas familias empezaron a debatir si debían o no debían llevar a sus hijxs a los centros escolares y con ello nuestra labor se intensificó llevando un examen exhaustivo de todas y cada una de las familias con las que trabajábamos para asegurarnos que cumplían con el deber de que sus hijxs acudieran al colegio. A esa dificultad se le añadió la de “madres y padres normalizados” a los que también les preocupaba que sus hijxs asistieran al colegio, por ello trabajamos conjuntamente con todos los colegios para así asegurarnos que los padres cumplían.
Ahora con la llegada de la tercera ola, y con la subida de contagios constante que estamos viviendo son muchas las madres y los padres que han decidido que por el momento no vayan al colegio sus hijxs privándoles de este derecho. Nosotras como educadoras sociales nos vemos en la obligación de informar a los progenitores de las consecuencias que pueden llevar este tipo de decisiones. Nos encontramos en un momento de colapso, de desborde, nos llegan cada día más menores absentistas y nuestra tarea se está complicando cada vez más.
Y ahora te preguntaras, ¿todo esto por qué me lo cuentas? Te lo cuento por qué la Educación
Social es necesaria, es necesaria ahora, aún más si cabe. Te lo cuento por qué también formamos parte de Servicios Sociales y somos una de las piezas fundamentales que junto a
nuestras compañeras trabajamos día a día por todas y cada una de las personas que lo necesitan.
nuestras compañeras trabajamos día a día por todas y cada una de las personas que lo necesitan.
Raquel Nadal Alemany
Educadora Social
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