jueves, 14 de julio de 2022

Proceso Comunitario: transformación social y participación ciudadana.



Un Proceso de Desarrollo Comunitario Intercultural, tiene como finalidad la mejoraría en las relaciones y condiciones de vida de la comunidad en la cual se desarrolla este proceso. Es necesario entender que un Proceso de Desarrollo Comunitario parte de la premisa de que toda realidad puede ser mejorara, partiendo de lo existente, y por tanto, corresponde a la comunidad decidir de qué modo puede mejorar su situación y cuáles son los aspectos, problemas o “nudos críticos” prioritarios para incidir sobre ellos. Por lo que un Proceso de Desarrollo Comunitario no pretende únicamente poner solución o mejorar una situación de carácter negativo.

En un Proceso de Desarrollo Comunitario Intercultural, es la comunidad la que implica un cierto tipo de realidad social. Comunidad en la que están presentes algunos elementos, tales como:

  • Ciudadanía a la que se le reconoce capacidad de ser sujeto y protagonista de acciones y decisiones, con voluntad de incidir en el cambio y en la mejora de las condiciones de vida de las personas que forman parte de él.
  • Sentido de pertenencia, de un cierto grado de integración subjetiva en una identidad comunitaria compartida.
  • Establecimiento de relaciones de interacción y apoyo social, es decir, de pautas de vinculación mutua y reciprocidad cotidiana.

“Un proceso comunitario, de mejora, es un proceso continuo, de construcción compartida, a medio o largo plazo, en el que se interrelacionan diferentes aspectos y dimensiones de la comunidad: sociales, educativos, culturales, en el ámbito de salud, relaciones ciudadanas…” (Marchioni,1999).

Un Proceso de Desarrollo Comunitario Intercultural tiene como elemento central las relaciones entre los diferentes actores de un territorio, desarrolladas en la dimensión de la comunidad, en la que sean posibles las relaciones humanas y sociales entre las personas que la conforman. En un proceso comunitario se hace necesaria la implicación, colaboración y participación de todos los agentes presentes en la comunidad, cada cual en su papel y respetando y asumiendo el papel de los demás agentes.

A) Participación de la población:  implicación y participación del conjunto de la ciudadanía (organizada y no organizada) que va asumiendo su progresivo protagonismo en el proceso y se va dando una organización para ello.

B) Implicación de las administraciones: activa implicación de las diferentes administraciones, empezando por la administración local de referencia en el territorio.

C) Recursos: un uso coordinado y equilibrado de los recursos existentes, es decir, un papel activo de los/as diferentes profesionales y recursos técnicos, para poder contribuir al desarrollo del proceso.

Un Proceso de Desarrollo Comunitario Intercultural adquiere sentido cuando se desarrolla a partir de un colectivo humano que comparte un espacio y una conciencia de pertenencia, que genera procesos de vinculación y apoyo mutuo, y que activa voluntades de protagonismo en la mejora de su propia realidad. Más allá de esta primera constatación, los procesos comunitarios se caracterizan por el hecho de que se proyectan en una doble dimensión:

  • La dimensión sustantiva, que opera como conjunto de criterios rectores de las transformaciones comunitarias;
  • La dimensión relacional y metodológica, que opera como conjunto de pautas de trabajo.

Los valores de un Proceso de Desarrollo Comunitario Intercultural se encuentran tanto en la capacidad de generación de cambios y mejoras sociales, como en las formas de trabajo e interacción humana que preconiza. Se trata de satisfacer necesidades y expectativas de calidad de vida y desarrollo humano, sí; pero se trata de hacerlo mediante relaciones de respeto, confianza, diálogo, creatividad o aprendizaje. Expresado en dos palabras: transformar y construir ciudadanía. La acción comunitaria se justifica en tanto que motor de transformación, de cambio tangible hacia territorios y comunidades más inclusivos. Y plantea estos cambios a partir de procesos de protagonismo colectivo, de ciudadanía activa con capacidad relacional y constructiva.

De entre los elementos más claramente vinculados con dinámicas participativas y de construcción de ciudadanía, destacan los siguientes:

·         Autonomía y responsabilidad: Los procesos comunitarios requieren la construcción conjunta de problemas y soluciones: las aportaciones individuales se convierten en un componente imprescindible. Se trata de incorporar a gente con capacidad de aportación, desde su propia subjetividad, autonomía y reflexividad.

·         Confianza y respeto: Más allá de las aportaciones personales, los procesos comunitarios requieren la construcción de vínculos y relaciones de confianza y reciprocidad; reconocimiento, valoración y respeto por las funciones y los roles de los demás.

·         Deliberación y transparencia: La participación comunitaria no se suele articular en el entorno de dilemas y dicotomías simples; la construcción de proyectos y alternativas requiere una deliberación de calidad, con una fuerte carga argumental.

·         Conflicto e innovación: En la acción comunitaria, el trabajo desde pautas cooperativas y la búsqueda de complicidades y acuerdos no implican negar la existencia de conflictos, ni de desigualdades y asimetrías en las raíces de dicho conflicto.

·         Complejidad y articulación de redes: La acción comunitaria tiene que contribuir a superar la tradicional desconstrucción de los problemas desde lógicas sectoriales. Ha de tender a reconocer su carácter complejo y multidimensional.

Por lo tanto, un Proceso de Desarrollo Comunitario Intercultural podríamos definirlo como:

  • Un proceso político en el sentido más profundo del término, es decir, un proceso que tiene lugar en la esfera pública y alrededor de una agenda temática de carácter público: la salud, la educación, la atención social, la vivienda, el urbanismo…
  • Su dimensión educativa hace referencia a un proceso donde se trabaja el cambio de valores, en paralelo y como medio para conseguir los objetivos de mejora social.
  • Visión global. Incorporan una dimensión de proyecto de barrio o de territorio, es decir, de visión integral y articulada de los procesos de transformación y mejora necesarios.
  • Participación. Los Proceso de Desarrollo Comunitario Intercultural son un tipo de acciones comunitarias que promueven una alta implicación de todos los agentes relacionados con el territorio (servicios públicos de proximidad, vecinos y vecinas, tejido asociativo, agentes económicos…).

Desde esta realidad, la intervención en comunidades con diversidad social significativa y el impulso de Procesos de Desarrollo Comunitario Intercultural inciden, en la mejora de la convivencia y en el ejercicio de los derechos de ciudadanía.

 

Israel López Marín



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