Una vieja canción de los Stones decía eso
de “you can´t always get what you want”, algo así como “no siempre puedes
conseguir lo que quieres”. Los Rolling Stones nos abrían el camino y nos
dejaban claro el mensaje, una realidad premonitoria que nos advertía, sobre
todo a los románticos e idealistas, que a veces, poner todo el esfuerzo en
algo, no es suficiente.
La frustración en el Tercer Sector,
relacionada con el desarrollo de la intervención social es un sentimiento
manifiesto entre los profesionales del sector muy grande. Por un lado, el
Estado encomienda una tarea muy importante, ambiciosa y de gran proyección y
relevancia social como es promover la igualdad y el bienestar de la persona. Además,
de algún modo los recursos de los que se disponen son escasos y en ocasiones,
incluso, obsoletos. Es frecuente que el
modelo de intervención no favorezca la tarea, entorpeciéndola en muchas
ocasiones.
El
modelo de intervención de los servicios sociales está muy centrado en la idea asistencialista
de dar a las personas que se encuentran en situación de exclusión una
prestación de tipo material o económico, que pueda de alguna manera ayudarle a
salir de esa situación. Sin embargo, hay otro tipo de intervenciones que tendrían
más que ver con tratar las redes familiares, sociales o vecinales de la persona
y no se abordan. El desarrollo comunitario intercultural o el desarrollo de
procesos participativos, capaces de otorgar lazos en las comunidades son una
asignatura pendiente en los servicios sociales del estado español. De este modo,
se reproduce la idea del sujeto individual y consumidor, sujeto atomizado en
una sociedad dinámica y fluctuante, sobre el cual se proyecta la errónea idea
de que el único problema que tiene es que no posee recursos económicos.
A veces, dar lo mejor de uno a nivel
profesional, no es suficiente. No siempre se puede conseguir lo que uno quiere,
cantaban los Stones. A veces hay que aprender a gestionar la frustración en el
Tercer Sector. A veces el horizonte, sigue estando muy lejos de nosotros y
nosotras.
Israel
López Marín.
Octubre
de 2021