miércoles, 25 de agosto de 2021

Afganistán


Con la retirada de las tropas internacionales en Afganistán, los Talibanes se han hecho con el control de la práctica totalidad del país incluida su capital, Kabul.

En respuesta a estos acontecimientos, los diversos estados con presencia en Afganistán han comenzado la repatriación de sus ciudadanos, así como la evacuación de determinados nacionales afganos cuyo vínculo con las tropas de estos países ponga sus vidas en riesgo.

Esta situación, creada con la victoria de los talibanes en Afganistán supone un claro fracaso de la Comunidad internacional en su apuesta por llevar la democracia a este país desde la derrota a manos de una alianza internacional del Emirato Islámico instaurado por los talibanes en Afganistán entre 1996 y 2001.

Toda la ayuda y colaboración internacional al nuevo gobierno afgano en estos casi 20 años, a nivel económico, armamentístico, militar, de formación y otras aportaciones no ha servido para nada, solo para reforzar a las elites corruptas afganas, demostrando que un Gobierno y una democracia no se improvisan.

La ausencia de respeto a los Derechos Humanos, de las libertades individuales, de la igualdad entre mujeres y hombres y la persecución practicada por los talibanes en la etapa anterior del Emirato Islámico, nos hace presuponer que las practicas pueden ser similares en la declaración del nuevo Emirato Islámico en 2021, en donde los avances propiciados en materia de igualdad entre mujeres y hombres está en riesgo, siendo las mujeres y las niñas las que pueden llevar la peor parte en la persecución por parte de los talibanes.

El miedo de la población a las medidas a implantar por los talibanes, está provocando el que personas y familias estén escondidos a la espera de poder salir del país desde el aeropuerto de Kabul o por tierra hacia países limítrofes.

El conflicto en Afganistán cumplió 20 años y siguió cobrándose un número elevado de víctimas civiles. Tanto los talibanes como otros grupos armados lanzaron deliberadamente ataques contra la población civil y contra bienes de carácter civil, en contravención del derecho internacional humanitario. Entre otros lugares, fueron atacados un hospital de maternidad y varias instituciones educativas. No hubo rendición de cuentas por estos crímenes, ya que persistía la impunidad. Las mujeres y las niñas siguieron sufriendo actos de violencia, hostigamiento e intimidación. Persistió la violencia contra niños y niñas. Se siguió devolviendo a Afganistán a personas afganas solicitantes de asilo, sobre todo desde Irán, donde algunas de ellas habían sufrido ataques de las fuerzas de seguridad iraníes. El gobierno afgano estableció una comisión conjunta para la protección de los defensores y defensoras de los derechos humanos y activistas de la sociedad civil en Afganistán bajo la presidencia del vicepresidente segundo del país, Mohammad Sarwar Danish, formada por activistas y por miembros de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán.

 

 

                Agosto de 2021

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